Amado Boudou mendiga en Londres
Los Kirchner cacarean que la Argentina no solicitará nada al Fondo Monetario Internacional pero a la vez, enviaron al ministro Amado Boudou en plan de mendigo a la reunión del G-20.
Los Kirchner dicen que fue un éxito el 'blanqueo' de capitales pero necesitan mucho más dinero y, básicamente, que cese la fuga de capitales para destrabar la estanflación que no cede.
Sin embargo, la economía es mucho más compleja que un proyecto de Ley de Medios. La batalla por el bienestar es mucho más densa que la colisión con el Grupo Clarín.
Mientras la economía chilena habría completado en julio, 3 meses consecutivos de crecimiento respecto del mes anterior (desestacionalizado), lo que bajo la forma de medición estadounidense significa que habría dejado atrás la recesión 2008/2009, explicó Rodrigo Aravena, subgerente de Estudios de Banchile Inversiones.
Esa evaluación es compatible con las mediciones de opinión pública que acaban de conocerse en Santiago de Chile: la presidente Michelle Bachelet, cuyo reemplazante será elegido en diciembre, goza de 72% de popularidad.
El escenario argentino es bien diferente.
Marcelo Bonelli escribió en el diario Clarín:
"Amado Boudou continuará este fin de semana la negociación con el Fondo Monetario Internacional, buscando normalizar la relación con ese organismo financiero.
En Londres Boudou volverá a reunirse con el director del Hemisferio Occidental del Fondo, Nicolás Eyzaguirre, y podría tener un encuentro informal con Dominique Strauss-Khan, el director del FMI.
El ministro de Economía tiene autorización política de la Quinta de Olivos para habilitar la auditoría de la economía argentina. Pero, a cambio, debería obtener un compromiso político de la cúpula del Fondo: que la revisión no desnude en forma descarnada todos los problemas de la economía argentina y tenga una visión comprensiva de su futuro.
En otras palabras: condicionará la auditoría a una redacción negociada del informe del Artículo IV. Argentina admite que el Fondo advierta sobre las tensiones inflacionarias, la flaqueza fiscal, pero pretende que el documento no se meta con el Indec y disimule la insolidez financiera y cambiaria.
Eyzaguirre no se comprometió a nada en el encuentro de Buenos Aires. Los técnicos que conduce en Washington tienen una visión muy negativa y sostienen que la economía argentina atraviesa un fuerte desequilibrio macroeconómico.
Hace una semana escuchó el planteo de Boudou y quedó en dar una respuesta en el marco del encuentro del Grupo de los 20. Sin embargo, abrió una esperanza: Strauss- Khan podría aceptar una visión benévola, porque quiere mostrar como un éxito político la vuelta de Argentina al FMI.
Igual, existen dudas sobre el poder verdadero de Strauss-Khan y reparos por la nueva visión liberal del Fondo, la cual se reflejó en el caso del acuerdo con Islandia.
(...) Argentina forma parte del G-20 desde hace una década, y el año pasado hubo una ofensiva de funcionarios de los Estados Unidos y Alemania para achicar el agrupamiento y precisamente excluir a la Argentina.
Esa ofensiva la frenó Lula, pero no los comentarios adversos a la administración argentina. Brasil los fomenta, de acuerdo a informes de inteligencia que tiene la Quinta de Olivos. (...)".
Santiago Chelala le hizo en New York una entrevista exclusiva a El Cronista Weekend, el economista Guillermo Calvo, probablemente el argentino que más conoce acerca de los organismos multilaterales de crédito, superando inclusive a Mario Blejer:
"(...) -¿Cree que los organismos multilaterales tendrán un rol clave en esta tarea?
-En los Estados unidos no veo medidas muy drásticas, aunque los organismos multilaterales están aumentando su capacidad de préstamo, y esto favorecerá más a los países emergentes, que pueden recuperarse así de manera más rápida. La Reserva Federal duplicó su oferta monetaria y estamos atravesando una estabilidad financiera donde sube la preferencia por liquidez de los bancos. Pero más que en Wall Street hay que ver qué pasa en Main Street, es decir en la economía real. Allí la historia es distinta.
-¿Cuáles serán los tiempos de la recuperación?
-Será lenta, espero. Porque hacen falta mayores exportaciones de los Estados Unidos, reducir el déficit de cuenta corriente y alcanzar un nuevo equilibrio. Eso lleva tiempo. Si es muy veloz, me preocuparía porque es difícil encontrar equilibrio de manera rápida.
-¿Cuáles son las perspectivas para el año próximo?
-No es fácil aún mirar hacia adelante. Pero no veo una dinámica de V como muchos aseguran, es decir, de fuerte crecimiento global. En algunos países, como México o Chile, el impacto de la crisis en la economía real fue incluso más fuerte que en el Tequila. Incluso el doble.
-¿Cómo ve a la Argentina en este contexto?
-Yo no soy inversor, pero hablo mucho con inversores y por lo que veo la Argentina tiene un gran problema de credibilidad afuera, que se reafirma día a día con noticias como la extensión de los superpoderes. Es una manera de gobernar la de ellos que no refuerza las instituciones. Además, es una administración débil y lo que decide tiene validez acotada al estar enfrentada con el Poder Legislativo. Hay una actitud de no respetar las reglas de juego y las aseveraciones de la Presidenta llaman la atención por su histrionismo. Son expresiones inútiles, y si se las toma en serio son para preocuparse. A veces me preguntan cómo puede ser que hagamos esas cosas y en general existe la percepción de que en la Argentina hay gente muy buena con políticos muy incompetentes.
-¿Qué opina del intento de volver a los mercados de capitales y del blanqueo impositivo?
-La credibilidad no se gana con un road show. Mientras que el blanqueo de capitales es un caso de inconsistencia intertemporal. Se da ahora un privilegio a gente que rompió las reglas y crece el riesgo moral. Además, se puede invertir en títulos públicos, deuda del Gobierno, por lo que en realidad sirve para financiar el déficit fiscal y sumar endeudamiento.
-¿Cree que es conveniente volver al Fondo Moneterio?
-Se está refinanciando la deuda pública con deuda cara porque no hay acceso a los créditos de organismos multilaterales. Le pagamos la deuda al Fondo y le pedimos prestado a Chávez a tasas leoninas. No fue la mejor elección.
-¿Pueden esperarse cambios en las exigencias del FMI?
-El FMI cambió. Sabe que las crisis no son culpa de los países emergentes. Esto ya había sucedido con Uruguay cuando le dio un salvataje en 2002 por ser víctima de la crisis argentina. La gente del FMI que negoció con la Argentina ya no está y la dirigencia es francesa y de izquierda. Hay líneas con menos condiciones. Pero algunas cuestiones, como las del Indec, necesitan arreglarse.
-¿Cuáles serían los primeros pasos?
-Hay que modificar la estructura de impuestos distorsivos y no castigar con retenciones al sector más dinámico, que puede hacer inversiones. Lo del campo es una señal a futuro de que se le puede meter la mano en el bolsillo al que apuesta en el país. Así se consiguen menos inversiones.
-¿Ve problemas serios de inflación en el mediano plazo?
-Puede que con la recuperación suban los precios de los commodities, y eso será un problema en América Latina, por un alza en el precio de la comida y un cambio de precios relativos que toma la forma de inflación. Habrá que seguir políticas monetaristas restrictivas. Los Estados Unidos privilegiará la recuperación porque los commodities no influyen tanto en su índice de precios. Por eso puede esperarse una tasa de inflación elevada en los países emergentes durante todo el período que se extienda este proceso.
Precisamente, mientras crecen los pronósticos que estiman un recalentamiento de los precios en agosto y cuando el Gobierno no logró aún terminar con la polémica del Indec, el ministro de Economía, Amado Boudou, lamentó que "se agite demasiado el tema" de la inflación, por lo que pidió "parar un poco la mano".
"Pareciera que siempre miramos el vaso medio vacío", se quejó Boudou, quien recomendó a los consumidores "caminar y buscar" porque hay "mucha variación de precios para el mismo producto".
El ministro, en diálogo con radio La Red desde Londres, donde participa de la reunión del G-20, afirmó que "en este momento no hay ningún motivo que pueda explicar" el aumento de precios.
Boudou afirmó que la Argentina "no está buscando financiamiento" en la reunión de Londres. "Vamos a estar discutiendo las medidas de salida y recuperación de la crisis internacional", el "rol de los organismos multilaterales como el FMI y el Banco Mundial", sobre la "necesidad de que vayan desapareciendo los paraísos fiscales" y medidas para combatir el "calentamiento global".
Bouodu pronosticó que las "perspectivas" para 2010 "son inmejorables" para el país, aunque habrá "altibajos", y elogió vivamente el modelo económico actual al sostener que "sirvió de amortiguador de la crisis" internacional.